Te llevaste la cercanía de tus palabras, la dulzura
se apago en tu lejanía. En tus secretos y postergaciones,
esperando el momento adecuado, le regalas al tiempo
el poder de decisión en tu silencio inquebrantable.
Te fuiste, mi amor, y te llevaste todo, dejándome
apenas la alegría de tu existencia para poder amarte.
No te siento, ya ni el aire me trae tu aroma, cerraste
todas las puertas a mi mirada enamorada.
Ya no estás ni para recordarme que un día me amaste,
ni la sonrisa que un día me dio alegría se asoma. Callas
y te vas, y en el espacio donde estuvo nuestro esfuerzo hoy
creas el margen para tus silencios y medias palabras.
Te fuiste, y arrastraste nuestros sueños en tu partida,
castigas a nuestro amor por amarnos, y dejas ventanas
medio abiertas. Te vas y dejas nuestras culpas en mi
lecho adolorido, te vas sin decir adiós a quién te amo.
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