Tengo un amor
que me pesa en el alma,
que me quema por dentro
y perturba la calma.
Un amor que es tormenta
y es fuego, que calcina
la vida y que quiebra los huesos,
que me muerde la piel y me estruja los nervios.
Y eres tú mi tierra santa,
que me sacas y me vuelvo,
que me enamora el azul de tu cielo,
y me abrazas con el rozar de tu viento.
Que me conquistas y me atrapas,
que me hiciste volver y vengo,
me capturaste con un amor de sueño
y me marcaste bien el sendero.
Yo te amo patria mía,
yo creí en ti y creo,
que es tu fuerza el motivo
para estar y vivir tu reto.
Pues son tus volcanes evidencia,
del fuego que carga en el pecho
tu pueblo que sueña despierto
con ver al fin libre tu cielo.
Eres tú mi Nicaragua,
río, lago, viento y fuego,
volcán y ceniza despierta,
arrecha y valiente guerrera.
Dulce fiera aguerrida y herida,
eres madre santa y pura
del indio con sangre de fuego
que levanta hoy con orgullo tu pecho.
Créditos de la imagen a PAM Nicaragua.
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