Insensato el silencio
de un pueblo que reprueba y calla.
Cerrados los ojos del ignorante
y sellados los labios del sabedor.
En un mundo sin bondades
cada quien tira de su lado.
Y así el estado se irrita
y la vida misma se marchita.
Indignos de la aclamada libertad,
dominan el mundo como propiedad privada.
Nos acomodamos en una sociedad diseñada
para conforta el gusto y callar la duda.
Nos conformamos con las migajas
que nos dan para vivir cada día.
Ya no sabemos de luchas ni defensas
por que es más fácil aceptar y ceder.
Mientras, agoniza la democracia
y algunos la pintan en acuarelas,
sólo para que los libros de historia
cuenten de la patria verdades a medias.
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