El viento alardea de su fuerza
y los árboles le rinden tributo,
como agua de tormenta, cada hoja
cae sin defensa al frío suelo.
Arrastra consigo la soledad desoladora
de un paisaje ya siniestro.
La luna desde su trono observa,
sin más que hacer que iluminar un camino.
Comezará una tormenta,
en la cual el arco iris
será el santo grial
que muchos desearán encontrar.
Se derrumba un vacío,
sólo para impregnar más soledad.
Cae una lágrima en el mar.
Lo siniestro es ahora lo mejor a la vista
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