Vives en cada momento de cada día,
en cada frase que marcaste,
en cada instante de cada tarde.
Ahí estas tu, regañando mis flojeras, saboteando mis torpezas,
construyendo cada día una mujer,
“una mejor mujer”, decías.
No una mujer cualquiera, sino
una mujer querida. “La que sea pilar
de su hogar, no una necia que lo destruya”, eso decías.
Y no lo olvido, yo no olvido,
tu esfuerzo silencioso y sacrificado,
tu enseñanza en la destreza de la experiencia,
y del amor.
Un amor más grande de lo que pude imaginar,
Más intenso de lo que podría nunca olvidar.
Tu me enseñaste un amor para recordar.
Y aquí estas tu, justo aquí, recordándome que nada es fácil,
“Que la fe nunca se pierde, y que mueve montañas,
que es necesario ahorrar para tener y que los frutos
de la perseverancia son siempre los más dulces.”
Quisiera haber saboreado más cada frase tuya,
mismas que hoy resuenan, como egos de un pasado a tu lado.
Sé que quisiste hacer de mí,
nada menos que la mejor de las esposas,
la mejor de las trabajadoras,
la mejor de las madres,
la mejor de las hijas y
y la mejor de las hermanas.
Hoy te quiero decir con un suspiro,
que lo estoy intentando.
Lo intento mamita… Lo intento.
Cada día, con tu recuerdo impregnado, en cada consejo
para la cocina que aún aplico,
en cada error que cometo que me recuerda
que ya me lo habías advertido.
Hoy te quiero decir, que lo entiendo.
Hoy, yo lo entiendo,
cada negativa y cada regaño,
cada discusión y cada mal gesto.
Hoy lo entiendo, y tal como dijiste
que haría una vez, HOY TE LO AGRADEZCO.
Gracias por haberme encaminado por
un mejor camino que aquel al que mi inmadurez me hubiera arrastrado.
Hoy te quiero decir que Te amo,
y que desearía haber tenido más madurez en el alma
para decírtelo con más frecuencia.
Hoy te quiero decir que te extraño,
y que vivirás, por siempre en mi memoria.
Este es un clamor de amor,
que espero que el viento
te lleve hasta el cielo,
a ti, siempre Amanda.
Comment (1)
Reblogueó esto en Encuentro de palabrasy comentado:
Para Amanda.
Cuando el mundo era para mi blanco y negro, cuando mis leyes eran solo tus permisos, la vida era sencilla, tu la hacías así para mi. Y todo estaba bien.
Hoy cada año que me aleja de tu partida, es como un muro más a mis recuerdos,
y temo un día perderte en el presente, y olvidar que siempre estuviste en mi vida.
Pero aunque quisiera en verdad un momento más, para abrazarte y decirte cuánto te amo, me alegra que no estés respirando todo este horror, porque sí, tú tenías razón, ojalá te hubiera escuchado toda una nación.
Espero que estes en ese el cielo azul, sin sentir todo este martirio, que viste venir, pero que la vida no te dejo revivir, gracias a Dios por eso. Espero que desde el cielo recibas este beso que te he dibujado en palabras y que ahora lanzo al viento.
Hoy siete años de tu partida, y siempre estás en mi vida.
Gracias por todo mamita.
Mi amor te lo mando con flores al viento, esperando que lleguen hasta el cielo.