Si me sostuve sobre el fogón ardiente
a pies descalzos, por todo el amor
que te quise profesar tanto tiempo,
también puedo ahora caminar sobre vidrios rotos
por mantener el olvido y sostener tu ausencia,
también puedo ahora alejarme de tu existencia,
ahuyentar los recuerdos con sólo
el látigo de tu desprecio, y mi ahora
cómplice en el dolor, la distancia.
Si pude dedicar mi alma entera a la espera,
mi corazón a la reconquista diaria,
mi cuerpo a tu deseo
y mis sueños a un espacio en tu vida,
también puedo ahora dedicar mi cuerpo y alma
a entender que no es real,
educar a mi corazón para aceptar lo que es,
y encaminar mis sueños a una vida en la que no estas más.
Con la misma pasión con la
que te dedique mil versos,
te dedico ahora mil olvidos.
Con el vigor con el que te quise
enamorar tanto tiempo,
saludo ahora a un nuevo futuro sin ti.
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