Silenciosa y sigilosa,
cual pequeños petalos
de rosado cerezo
llegas con andares de amor.
Tocas sutilmente
y entras por nuestra puerta,
desprevenidos nos enamoramos,
nos deslumbramos con tu palpitar.
Transformas mi existencia,
llenándome de eterna primavera,
enamorándome contigo de la vida
con su gloriosa y oportuna belleza.
Ya te amo sin conocerte
y dibujando tu sonrisa en mi mente
abrazo la espera de tu dulce encuentro,
cual primaveral cerezo que recibe su Marzo renaciente.
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