Masacrada y herida,
ultrajada y violada
han pisoteado tu dignidad,
mi Masaya de libertad.
¡Como duelen tus calles!
¡Como palpita su silencio!
¡Como ruge el dolor
que grita con fogozo fervor!
Te recuerdo mi Masaya
colorida y florida,
cantando la marimba
que nos alegraba la vida.
Bailando enamorada
paseando en alegría,
así era tu alma,
así es tu energía.
Gloriosa y vibrante,
amante que no pierde,
incendio implacable,
combatiente inclemente.
Esa es mi Masaya,
la india más bonita,
la que sangra y se levanta
a dar la cara a la injusticia.
Creditos de imagen a PAM Nicaragua.
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