A él lo amo,
como a la sensación ardiente
de sus dedos en mi espalda,
por el escalofrío de mi piel
siempre sensible a su pasión.
A él lo amo,
como el rojo de mi piel
ante su tacto, sensual,
tierno, intenso a mi respuesta
enloquecida en amor.
A él lo amo,
por la palabra que dice,
y por aquella que calla,
que oculta en su mirar de hombre,
absoluto, entregado, enamorado.
A él lo amo,
por el momento que esta,
y el que no estará, por la caricia
lejana y la presente, por el beso
entregado, ese nunca olvidado.
A él lo amo,
por el abrazo que no debí soltar
ese que esperan mis brazos,
por el momento que nos encontró,
y el que buscaré en su inmenso amar.
A él lo amo.
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