El amor tiene sus ojos
Era una noche fría, el viento helado mecía suavemente las ramas de los árboles en aquel parque. El cielo estaba nublado hasta el ultimo resquicio, completamente gris.
Cruzaba a paso lento aquel parque tan familiar, puesto a un lado de la iglesia que debía tener muchos años mas que el mismo, estaba conformado por una cancha de bascketball, rodeada en semi circulo por gradas que servían de asiento a los observadores, dejando al costado, libre paso al resto del parque, con bancas puestas en circulo que rodeaban grandes árboles que daban la sombra suficiente. Todo estaba muerto en la penumbra de la noche, ni siquiera los típicos bebedores de la esquina se encontraban ahí.
No llevaba por objetivo llegar a algún sitio, así lo sentí, solo caminaba por caminar, decidí sentarme en la banca mas alejada de la cancha, que rodeaba el árbol mas grande. Ya había estado ahí, pero no sola, suspire…
Pero mi suspiro no fue el único, me sorprendí al voltear y descubrir a mi derecha, sentado firmemente a un niño, o eso pensé. Era difícil descifrar si era niño o niña, tenia piel blanca, muy clara, de tres a cinco años como máximo con cabello que apenas le llegaba al hombro, ligeramente ondulado, pero observar sus ojos fue inigualable, conocía aquellos ojos, café oscuros, hermosos, pero estaba segura de no haber visto a ese niño antes (decidí que debía ser un niño).
Voltee buscando a sus posibles acompañantes, pero descubrí que la única que pasaba los dieciocho años ahí era yo, cada banca del parque estaba ocupada por niños que aparentaban diferentes edades, todos con rostros que inspiraban el verdadero significado de angelical, no comprendí no haberlos visto antes.
Observe al niño a mi lado con curiosidad, su mirada estaba perdida en algún punto en el espacio, decidí interrumpir sus pensamientos.
-Hola, ¿Con quien andas? -mientras hablaba se me ocurrió que quizá podrían estar juntos cada uno de los niños en el parque.
El niño parecía despertar de un sueño cuando me dirigió la mirada, había en su forma de mirar algo diferente, analítica, profunda, pero similar a la de los demás niños en quienes la mirada no parecía encajar con su cuerpo de infantes.
-Sólo – contesto con cortesía, observándome con pronta curiosidad.
-¿Vives cerca?
-Permanezco aquí.
No entendí que quería decir eso.
-¿Estas con ellos?- pregunte dirigiéndome a los otros niños.
-No, ellos también están solos.- ahora su tono era amable.
-¿Porque están aquí?
-Esperamos
-¿Esperar? ¿Tu que esperas?
Arrugo la frente y por primera vez me miro como a una extraña y contesto como si la respuesta fuera obvia.
-A mis acompañantes.
-Entonces si venias con alguien más.
-Más bien crecí de ellos, soy una unión.
Cada vez entendía menos, ¿qué era aquel niño de ojos familiarmente encantadores?
Su mirada cada vez se incrustaba más en mí mientras continuaba.
-Ellos se separaron, al estar lejos el uno del otro no tengo más sitio que este.
-¿Esperas que ellos se encuentren?
-Sí- dijo con entusiasmo y continuo- los acompañe por un tiempo, pero al llegar a este punto él se fue por este camino- dijo señalando con su pequeño indice hacia su derecha- y ella hacia allá- indico a su izquierda- Debo estar aquí cuando regresen.- Pude ver una pequeña luz de ilusión reflejandose en su rostro.
Volví la mirada a los demás niños en el parque, eran suficientes para llenar cada una de las numerosas bancas.
-¿Todos ellos también esperan lo mismo?
-Así es, somos lo mismo.
-¿Cuanto tiempo llevas aquí?
-Poco si lo comparas con muchos aquí.
Observe con más cuidado a cada niño, algunos se mostraban ansiosos, otros emocionados, pero otros se notaban decepcionados, hasta completamente desesperados.
Fije la vista en un niño en particular, tenia ojos claros, cabello muy largo, castaño, piel blanca, o más bien pálida, estaba muy desmejorado. Se recostaba en la banca presionando sus piernas juntas contra su pecho, su mirada rayaba en la desesperación, se mecía suavemente, casi con demencia. Entonces, en la misma posición que sostenía se arrecosto de un costado en la banca y para mi mayor sorpresa empezó a desvanecerse, casi como si cada molécula desapareciera en el espacio, en un momento, no había nada en aquella banca.
-¿Que le paso?- pregunte asustada, al niño a mi lado.
-Llevaba mucho tiempo aquí, y no somos eternos al olvido- dijo y suspiro con un deje de tristeza.
Todos alrededor miraban también, algunos con resignación, otros con tristeza, pero algunos, con marcada desesperación.
Vi como el niño de la banca frente a mi entraba en pánico, su cabeza giro rápidamente a todos lados, miraba como despertando de un sueño, sintiéndose tonto. Se levanto bruscamente y con piernas fuertes camino, casi corrió fuera del parque, vi como se alejaba, pasando la iglesia y siguiendo recto.
-¿Donde va?- pregunte un poco preocupada
-Se ha cansado de esperar, hemos visto a muchos que esperan sin respuesta y terminan desapareciendo, otros deciden no terminar así y se van.
-¿Que pasa si regresan sus acompañantes?
-Su unión no esta, no habrá nada entre ellos- dijo secamente.
Entonces entendí qué eran esos niños, no eran solo una unión, no era esa la palabra correcta para nombrarlos.
-¿Que ocurre si llega solo uno?
Ahora el niño respondía con total naturalidad.
-No lo reconocería, soy los dos, no una parte de cada uno, sino lo que existe cuando se unen, uno solo de ellos no es nadie para mi.
La comprensión llego a mi como el agua de una cascada, supe donde había visto esos exquisitos ojos.
Él dirigió la mirada al nublado cielo y lo observo unos instantes antes de decir:
-Detrás de esas nubes el cielo es siempre hermoso y las nubes tarde o temprano se van.
Sonreí ante el entendimiento de su reflexión, cuando sus ojos se volvieron a mi pregunte:
-¿Los vas a esperar?
-Definitivamente – dijo sonriendo. Poso su pequeña mano derecha en mi mejilla con mirada tierna, sentí un torbellino en mi interior con su tacto y de pronto…
Salte de la cama en mi habitación a tenue luz, confundida…
Claro que estaba soñando, pero fue más que sólo un sueño.
Así lo entendí, el amor tiene tus ojos.
Comments (4)
Que hermoso relato
tiene muchos significados profundos.
felicitaciones
pd: son muy lindas las imagenes que adornan tu blog
tienes buen gusto 🙂
Hola Celia. Bonito ‘blog’. Gracias por tus palabras. Un saludo cordial.
Gracias por esas palabras Celia, da motivos para esperar y saber que debemos estar atentos a lo que nos pasa alrededor, definitivamente el amor tiene tus ojos..
Reblogueó esto en Encuentro de palabrasy comentado:
Escribí esto hace ya mucho tiempo, siendo una persona totalmente distinta, pero con un sueño y un sentimiento inmenso, un poco de milagroso y con una historia sorprendente.
Lo comparto hoy nuevamente para darle una continuidad, porque este niño de hermosos ojos se quedo a esperar un nuevo encuentro y estuvo ahí para unir nuevamente a dos enamorados, quienes muchos años después de volver a esa unión, conocerán pronto su rostro, le conoceremos pronto.
El rostro del hijo que es fruto de esa unión… El amor tiene sus ojos.