Luvia aterradora
que llegaste en tempestad,
tú que limpias todo
pero dejas soledad.
Llévate estos días
de grosera tiranía,
arrastra con tu fuerza
esta hiriente realidad.
Recoge con tus aguas
la rabia y la agonía,
llévate en turbulencias
la ignorancia y la injusticia.
Riega sutilmente
el jardín en armonía,
de tu gente que te llora
ahí oculta en tu piedad.
Limpia el agua roja
que riega el plomo opresor,
y desgarra en tu tormenta
las cadenas del dolor.
Llévate en tu andar, lluvia dominante,
el orgullo frío del humano arrogante.
Cubre con tus gotas de triunfo y amistad,
al valiente que sueña con su libertad.
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